
Espiritualidad desde Constelaciones familiares Ana Isabel Jiménez
Podría decirse que lo espiritual o trascendente, es la conexión con la fuente de inspiración y poder interior del individuo, y deviene de las creencias sean religiosas, místicas, culturales, rituales aprendizajes y vivencias que se hayan aprendido desde niños y que dan marco o guía interna al individuo que las ha acopiado, creado, recreado y censado a través de su vida dándole un sentido a su ser en el mundo, a su dinámica personal familiar y social.
Desde lo sistémico, podría observarse en cada comunidad de destino, que trasmiten no solo las creencias espirituales, rituales y enseñanzas, sino los conflictos, preocupaciones, miedos y comportamientos a lo largo de las generaciones, que junto con la experiencia de vida de cada individuo y de la comunidad, se reflejan en las dificultades que hacen destinos difíciles en el logro del éxito, en muchas de las expresiones de la vida y obligan a la gente a consultar a los sanadores, terapeutas y consteladores.
Se advierte que esta herencia no necesariamente es genética, pertenece al ámbito que podríamos denominar lo cultural y se transfiere, en lo ritual, creencias, lenguaje, costumbres, identidades de grupo, simbología, etc.
Así esta conexión con la creencia en algo más grande, es trascendente, es ir más allá y superar las restricciones, mandatos y señalamientos de un ámbito determinado por la cultura, la presión social, en general es fuente de inspiración y poder, que permite sobrepasar el miedo al fracaso, a vivir, a ser el diferencial, el desleal al sistema, es dar el llamado salto cuántico y establecer la conexión de gratitud, humildad y merecimiento con sus propias creencias
La vivencia de prosperidad, merecimiento y felicidad es una experiencia de suficiencia, que no tiene que ver con el dinero sino con un bienestar idóneo en todos los aspectos de la vida que permite tranquilidad paz y armonía del ser humano en su experiencia de vida a cada instante.
Ésta Vivencia de suficiencia solo se da en el orden espiritual que nos permite movernos en conciencia, ir más allá, en responsabilidad, ética y es típico el movimiento de quien ha resuelto los otros niveles o movimientos de los cuales hablamos en los otros blogs el primero sanar el vínculo con los padres y el segundo sanar lo ancestral.
Así un ser humano, que ha logrado estos tres movimientos, esta en paz frente a la vida y la muerte, sabe su lugar en el mundo, es consciente de su quehacer como parte y todo del todo, vive el aquí y el ahora, tiene la capacidad de observar sin juzgar, de dejar ir, de fluir con la vida, no apresa a la pareja, a los hijos, los bienes o el destino.
Es decir vive la vida como una experiencia de oportunidad que se construye a cada instante, vive la felicidad como un continuo, se sabe finito e infinito, y sobre todo no tiene miedos, solo respeto y honra a su origen, su comunidad de destino y a su resonancia espiritual o trascendencia, es decir es libre.