«La inclusión es la respuesta para la re-solución del matoneo escolar, la guerra y todos los asuntos humanos».
Esta fue mi conclusión de la propuesta de la consteladora y pedagoga holandesa Bibi Schereuder, experta en ‘bullying’ en el ambiente escolar, en el intensivo para consteladores avanzados en octubre de 2015 en Bogotá.
Bibi propone despojarse de los prejuicios y ver al sistema como un todo, aplicable a la guerra y a los asuntos humano incluido la familia.
Encaja esta apreciación de manera sabia con el proceso de paz que continua de manera “imperfecta” en nuestro territorio colombiano y que se ve «saboteado por aquellos que se creen mejores que otros de un bando o de otro», desconociendo la misma historia del país, los procesos humanos de migraciones, violencia política e inequidad social.
La inclusión es un orden desde lo sistémico que indica que todos somos familia, que precisa que sólo hasta que se vea al otro, tan falible y tan mortal como a sí mismo, como igual en su humanidad se puede mirar a sus ojos y darse cuenta que somos iguales y que es en esa igualdad de mirada es que llega la reconciliación y la paz.
¿Cómo dar algunos pasos hacia la verdadera paz, en la familia la pareja y el país?
Para esto solo debemos abrir la mente a cosas sencillas como por ejemplo
- Hay un algo más grande que nos cobija, no tiene que ser una creencia religiosa, solo lo obviedad que algo nos contiene a todos, el planeta, la evolución, «Un alma grande» aquí y ahora.
- Que es importante estar en el adulto para ser capaces de ver al otro, al amigo y al que está en la otra orilla, y tomar lugar y darle lugar pues el sistema siempre re equilibra y es completo
- Siendo sabios para ver que en el fondo los actores del conflicto son las voces del sistema y allí sólo resta escuchar, no hay mucha diferencia entre unos y otros, pues somos familia, lo cual implica una aceptación que solo un adulto puede recibir y comprender.
- La fórmula no es responder con la misma moneda, sino transformar vibrando más alto, comprendiendo lo no visto, actuando con humanidad, mirando con amabilidad y obrando con más compasión que es estar al servicio de la vida.
Mi invitación como siempre es a ir más allá, mirar lo interno, hacer el trabajo de la integración en personal, con tu familia, tu hermano, en lo social haciendo un poco más y el cotidiano, desde la cultura ciudadana, hasta el repreguntarse por nuestro ser en el mundo siendo sujetos de cambio, en mi sentir esa es la verdadera revolución en paz.