No tengo más que admirar al ser humano en su esencia, su grandeza y sus retos, por eso saludo a una navidad que nos da un pequeña tregua para el encuentro con los que amamos, que nos permite hacer el balance de esta experiencia que aún no termina, pero que fue maestra.
Sólo me resta extender un cálido abrazo a todos, sembrando con él la energía para que este 2022, sea un año compasivo que moldeé la sabiduría de la experiencia, la entereza por lo incierto y poder darle la bienvenida a un año con esperanza, madurez y paz interior. Bienvenido este 2022.

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